viernes, 15 de octubre de 2010

SORDO CIRCUITO



















El tema de esta semana de día 1 hace mención a los reclamos que se les estaría haciendo a las empresas y las entidades estatales vinculadas al sistema de distribuición de electricidad ya que habría algunas desatenciones ante la demanda de energía eléctrica en los proyectos que se están desarrollando en el interior del país.
¿Qué está pasando en estos casos? ¿Puede lanzarse un empresario a desarrollar un proyecto en el interior y tener la seguridad de que contará con un servicio básico como la energía eléctrica?. Según el presidente de Osinermig Alfredo Dammert, existe una falta de capacidad para atender los nuevos proyectos que requieran suministro eléctrico. Actualmente en el país existen 13 empresas distribuidoras pero a principios del los noventa debido al crecimiento del sistema de distribución se le dio en concesión originando las empresas edelnor, luz del sur y edecañete. Y las otras 10 compañías están en mano del Estado.
Sin embargo hay una escasa capacidad de reaccción inmediata de las distribuidoras estatales, ante el surgimiento de nuevos proyectos de inversión a desarrollarse en sus zonas de concesión pues para ellos
"no podrían realizar una inversión de montos importantes de un día para otro. Los equipos que se requieren para nuevas inversiones son caros y no pueden reaccionar tan rápido, como sí lo harían las distribuidoras privadas". Asimismo, existe otro factor a considerar: la orientación social sobre la que trabajan las distribuidoras eléctricas. “Preferimos invertir en una zona donde haya mayor necesidad. Es nuestra responsabilidad”. De hecho, su principal problema parece ser que son muy pequeñas. En ese sentido, en el sector eléctrico suele decirse que una distribuidora con menos de 500.000 no es viable y solo dos distribuidoras de cifra. Por ello, una alternativa más avezada, pero no por ello descartable, sería fusionar algunas (como parece haber funcionado en el caso de Distriluz, que agrupa a Enosa, Ensa, Hidrandina y Electrocentro), y recién después de ello, abrir su capital a la inversión privada.

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